Victor Vran

El estudio búlgaro Haemimont Games, conocido por haberse puesto al mando de la serie de simulación y estrategia, Tropico, tras su quinta entrega decidieron en 2015 catar los juegos de rol de acción (ARPG) con este título.
Cazador de monstruos
Victor Vran, protagonista que comparte nombre con el título del juego y cazador de monstruos de profesión, llega a la ciudad de Zagoravia (inspirada en las ciudades europeas de finales del XIX) en pos de un amigo llamado Adrian. La ciudad ha sido infestada de demonios y ha reclamado la vida de multitud de cazadores, la poca resistencia que queda intenta procurar la ayuda de Victor para una última ofensiva desesperada. La historia se muestra a través de imágenes estáticas, tanto en las pocas cinemáticas que hay como durante las conversaciones, más allá de eso, resulta útil como vehículo para justificar nuestra presencia en una zona y otra pero no tiene mucho interés excepto por una voz en off que actúa como narrador y cuyas interacciones con el protagonista están muy logradas.
En el marco jugable recuerda a la saga Diablo y aunque esté la opción de controlar el personaje con el ratón es recomendable utilizar las teclas para el movimiento (que viene por defecto) o la palanca del mando ya que el tipo de ataque de los enemigos requiere una reacción rápida por nuestra parte. Traje, armas, pociones, poderes demoníacos y cartas del destino (que explicaré más adelante) completan nuestro arsenal.
Los escenarios son variados y, en su mayor parte, con bastante atención al detalle, el emplazamiento de los enemigos es estático pero no los poderes y habilidades de los enemigos de élite, lo que puede conllevar a ciertas combinaciones terribles (como vampirismo, regeneración y no poder causarle críticos). Por desgracia, la falta de variedad de estos es un punto negativo.
Casi como en cualquier juego de rol, la progresión viene definida por el nivel de personaje (50 como nivel máximo) que subiremos acabando con enemigos y completando desafíos (cinco por zona). No existen clases como tales, nuestro estilo de juego viene definido por el traje, armas, poderes y cartas del destino que seleccionemos, estas últimas es posiblemente lo que más relevancia tiene.
Al ir subiendo de nivel podremos llevar más cartas encima, hasta un máximo de cinco (o seis con un traje concreto) y otorgan efectos que varían desde vida, daño o crítico hasta cartas específicas para armas o que afectan a otras cartas, que además podremos combinar para potenciar y tienen posibilidades de venir en forma divina o malvada, lo que añade otra propiedad más. Cada carta cuenta cuesta una serie de puntos de destino y nuestro nivel dictamina cuántos puntos tenemos disponibles, es un buen sistema que da bastante de sí.
Un auto nivelado gobierna la dificultad de los enemigos y aquí es donde radica mi mayor problema con el juego, la falta de equilibrio tras el primer tercio de progresión. La cantidad de vida de los enemigos y el daño que tú haces al ir subiendo de nivel no está bien diseñado con lo que a partir del nivel 20 o así ciertas especializaciones dejan de ser casi viables, además, hay mucho que depende de la suerte con el tipo de armas, poderes y cartas obtenidas, de hecho, hubo un momento en el que estuve a punto de dejar el juego. Por suerte, al acercarnos al nivel máximo, tener un arsenal mayor y ver qué funciona, la cosa mejora mucho y a partir de ese punto si volví a divertirme.
Tendremos tres dificultades para seleccionar: fácil, normal y difícil, además de poder elegir modo experto para cada una de las dificultades (nuestra partida se borra si morimos). La diferencia principal viene marcada por cinco Maleficios, cosas como enemigos que hacen mayor daño, con más vida o resistencia, que en fácil y normal podremos habilitar o deshabilitar a nuestro antojo y en difícil están siempre activados. El juego además permite jugar solo, a dobles en local o con otros tres amigos más en línea.
Gráficamente está bastante bien aunque la cámara está a una distancia que tampoco nos permite ver bien los detalles. Los escenarios son en general lo suficientemente variados para que no resulten monótonos. El juego viene traducido pero no doblado, las voces en inglés están a un gran nivel con mención especial para Doug Cockle que pone voz a Victor (y también a Geralt en la trilogía de The Witcher). La banda sonora está bien con tonos inquietantes que acompañan la ambientación y algo más movido para la acción pero que a su vez, y no me gusta usar la expresión, suenan un tanto típicas, como si lo hubieses escuchado antes, con lo que en general la dejarás de lado para centrarte en la acción.
La campaña principal tiene una duración de unas 10-12 horas y no dispone de Nueva Partida + aunque el alijo es común a los personajes que creemos. Además, una vez terminada la campaña tendremos acceso a los desafíos de élite (cinco por nivel) que junto a los desafíos normales (otros cinco por nivel) pondrán a prueba nuestra pericia debido a su dificultad y variedad, además de sumar varias decenas de horas más de juego.
Pese a ciertos problemas en la mecánica de juego provocado por el auto nivelado de los enemigos y una cierta falta de equilibrio entre las especializaciones del juego, donde las armas a distancia, con su carta asociada, y daño crítico son reyes indiscutibles, Victor Vran ARPG termina resultando una entrada bastante buena dentro de los juegos de rol de acción.

Sos un emo con esquizofrenia que tiene que andar matando a todos los bichos de la ciudad para ayudar a una princesa que esta re buena

Diablo jugable y entrañable...frenético y divertido.

es un tipo diablo esta masomenos se puede jugar coperativo de 2 cheto

No está mal si lo pillas de oferta.

Está bien el juego.

vale todo y demasiadas cosas nuevas