Tyranny
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Play an RPG with meaningful, world-altering choices, unique and memorable companions, and a new perspective on morality. Tyranny casts you as the arbiter of law in a world devastated by war and conquered by a despot. Will you work inside the system or try to dismantle it… and will it be for the glory of Kyros, for the good of the world, or for your own ambition? From Obsidian Entertainment, the team behind Pillars of Eternity, Fallout: New Vegas, and South Park: The Stick of Truth, Tyranny is a classic-styled RPG with a new and original story, shaped and molded by your actions. The very layout of the world will be altered by your decisions as you choose sides, make allies and enemies, and fight for your own vision of law and order in an immersive and reactive story. Branching, unique stories in an original setting: In a realm where the tyrant has already won, the player must decide how to reshape the world.
Steam User 91
Tyranny es el nuevo RPG de Obsidian, una companía formada por veteranos de la industria, que ya demostraron su buen hacer con Pillars of Eternity, donde invertieron sabiamente los casi 4 millones de dólares de Kickstarter y cumplieron con todas sus promesas, haciendo que los jugadores recuperaran un pedacito de aquella época dorada de juegos de rol isométricos.
La historia nos sitúa en Pozo de Vendrien, el último baluarte rebelde, donde el Forjadestinos (el jugador) tendrá que derrotar al enemigo dirigiendo los dos ejércitos de Kyros: los Agraviados y el Cántico Escarlata, cuyos métodos en batalla difieren, por lo que recaerá en el jugador decidir cómo se hacen las cosas, pero esta vez desde el bando de los malvados. Son muchas las decisiones que tendremos que tomar para que así reine el mal y nuestro poder arrase con los últimos libres del mundo.
El lineas generales, el juego sigue la estela de Pillars of Eternity, y podríamos considerarlo una evolución jugable de éste. Sin embargo, Tyranny es mucho más dinámico y espectacular en su conjunto, con un buen ritmo desde el minuto uno y una emocionante narrativa que te golpea continuamente. Estamos ante un título menos lineal y más complejo dadas sus numerosas alternativas, ofreciendo al jugador cientos de opciones para ajustar el juego a sus necesidades. Por otro lado, es más accesible para todo tipo de jugadores, mostrando prácticos y sencillos tutoriales con imágenes que aparecen a medida que se avanza. Asimismo, se agradece que se hayan mantenido las utilidades de resaltar objetos y la velocidad x 2, además de incluir el demandado mini mapa en pantalla. En definitiva, Tyranny, jugablemente, es una experiencia más completa y elaborada.
Tyranny ofrece una nueva perspectiva y una aventura emocionante y altamente rejugable. Podríamos decir que Obsidian nos ha vuelto a sorprender con un juego notable que es un digno candidato al mejor RPG de este 2016.
ANÁLISIS COMPLETO DE TYRANNY EN LA FORTALEZA DE LECHUCK
Steam User 65
(Análisis completo aquí:
En Obsidian empezaban fuerte cuando anunciaron Tyranny. Quejándose de lo absurdo que se hace muchas veces llevar a un personaje malvado en cualquier videojuego, de lo forzado de muchas elecciones que nos llevaban a salvar al pequeño Timmy de un pozo o a ejecutar y violar a toda su aldea mientras proferimos en alaridos el nombre impronunciable de algún demonio. Razón no les faltaba. Con pocas honrosas excepciones, el mal en los videojuegos casi siempre ha sido patético y megalómano, ya venga del jugador (donde se hacía especialmente caricaturesco) como de los villanos a los que se enfrentaba.
Desde luego, tratar de avanzar en la concepción del bien y el mal en los videojuegos es loable, pero ¿puede representarse bien? ¿Lo han conseguido?
La película llega a su fin, estamos en los estertores finales y queda poco menos que el epílogo para cimentar la conquista del Señor Supremo Kyros. Una criatura de leyenda que trasciende el mero estatus humano para convertirse en una suerte de dios obsesionado con el sometimiento del resto del mundo a su yugo. Un argumento contra el caos y las guerras internas de las pequeñas taifas que aún sobreviven en Terratus, el mundo de Tyranny. Kyros trae la paz y el orden al modo del Imperio Romano: su justicia, sus leyes, sus tributos. Dura lex, sed lex.
Pero, evidentemente, un ser de leyenda y (aparentemente) cuasiomnipotente no va a dedicar su tiempo a fruslerías. Queda un último rincón recóndito del mundo a conquistar, y han sido despachados sus dos ejércitos más poderosos y una corte legislativa llena de funcionarios para impartir esa Paz de Kyros de la que tanto presume su imperio. Porque la idea será no tanto encarnar a ese mal absoluto de opereta de villano jugueteando con su bigote, sino mostrar cómo la ley puede aplastar a naciones enteras sin siquiera ser mala per se.
Así que allí vamos con nuestro burócrata, dispuestos a colaborar en la conquista de Las Cotas y de subyugar toda a todo aquél que se resista a aceptar el regalo envenenado que le llevamos. Con una función que, como forjadestinos, nos hará lidiar entre los ejércitos ocupantes, entrometernos en las decisiones de la guerra e interpretar las leyes de Kyros de la mejor manera posible… ya sea para nuestra ganancia personal como para mostrar algo de compasión, o todo lo contrario.
Nada más comenzar tendremos acceso a un curioso prólogo llamado “modo Conquista”, que nos servirá tanto para tomar una serie de decisiones cruciales sobre el estado de la guerra como para familiarizarnos con nuestra labor como forjadestinos. Sólo un mapa de la zona y una serie de fichas, con texto al estilo “elige tu propia aventura” cuyas decisiones nos perseguirán el resto del juego. Ya aquí, además, podremos apreciar la inmensa cantidad de trasfondo propio y personalidad que tiene el mundo de Terratus.
Terminado este modo seremos ya lanzados al primer escenario del juego con un objetivo claro: leer un Edicto de Kyros, la magia del Señor Supremo que toma la forma de proclamas casi contractuales que se leen y ejecutan salvo que se cumpla alguna condición. En este caso, que se termine de conquistar una de las zonas en las que la resistencia (e incompetencia de los propios ejércitos) ha sido especialmente encarnizada.
Tyranny en sus primeros compases sabe ya mostrar sus cartas: un trasfondo profundo y pulido, un montón de facciones, decisiones que son relevantes para el devenir de la trama y sencillez en el modo de jugar. Porque aunque funciona con el mismo motor que Pillars of Eternity (Unity homenajeando al clásico Infinity Engine), es un título muchísimo menos complejo. Está bien claro que han aplicado a fondo la máxima de “menos es más” a la hora de dar vida a su proyecto, intentando hacer pocas cosas pero hacerlas excepcionalmente bien, antes que complicando al jugador.
Muchas de las decisiones de diseño se entienden partiendo de ese bendito minimalismo. Un hud saneado que trata de ocupar el menor espacio en pantalla, que no quiere estorbar. Las (para muchos escasas) 25 horas que dura en la partida cuyas decisiones hagan que sea más larga, porque es una solución concentrada de rol que no va a diluirse en ningún momento. Sus combates sencillos, en tiempo real y con pausa táctica, con el añadido ahora de las combinaciones de ataques con los personajes que nos acompañen. Y su magia, minimalista pero insertada a la perfección en la ambientación: una serie de sellos arcanos que podemos combinar para crear nuestros hechizos, siempre y cuando los consigamos previamente y tengamos el talento para usarlos. Todo esto funciona a la perfección, y ni siquiera es lo importante de Tyranny.
Porque a aquí se ha venido a rolear. A enfrentarse a muros de texto, muchísimas decisiones distintas y decenas de conversaciones. A interactuar con la miríada de facciones que hacen de las Cotas un lugar realmente vivo, a pesar de la devastación que hemos sembrado en ellas. A disfrutar hablando con varios de los mejores acompañantes que han hecho hasta la fecha, con unos diálogos con la medida justa de terror, humor negro e intimidad.
Me ha maravillado ver cómo, para ahorrarse introducciones clásicas, Obsidian han optado por añadir textos desplegables en los diálogos y las descripciones que encontremos. Así, cuando leemos un término, un suceso o algo que deberíamos saber, si está en otro color podemos dejar el cursor encima y profundizar en el trasfondo del juego, en la historia pasada o en lo que hayamos hecho durante la Conquista. Una forma algo basta de ampliar información, pero que permite entrar directamente a la acción desde el primer momento, sin tutoriales cansinos ni inicios larguísimos. Déjenme que lo repita: merece la pena pararse a leer e imbuirse de Terratus. Hablar con todo el mundo y aprender su historia. Porque no es sólo el funcionamiento de la magia (que descubriremos poco a poco), Obsidian han logrado crear por el camino un mundo muy interesante con mecanismos propios, anclado en una especie de tránsito fantástico entre la Edad de Bronce y la Edad de Hierro.
¿Y qué pasa con el motivo principal, con ese mal en minúsculas?
Lo cierto es que han conseguido solventar la papeleta. Muy pocas de las decisiones que podemos tomar se acercan a la sobredramatización de carcajada resonante. Podemos tratar de ser justos (siempre ateniéndonos a la ley que representamos), mostrar algo de compasión, hartarnos y ser más expeditivos… pero la mayoría de nuestras acciones entran dentro de la lógica de lo que haría una potencia ocupante en un territorio sublevado. No es que seamos buenos o malos, es que hacemos lo que tenemos que hacer. Cada una de nuestras decisiones, ya sea en el modo Conquista o en el juego principal, abrirá distintas posibilidades con las facciones, nos hará ganar favor o ira con ellas y provocará cambios en el mundo. Y algunos de ellos nos permitirán visitar unas zonas u otras de la aventura, requiriendo varias partidas ver todos los (bellísimos y devastados) escenarios.
Incluso hay un resquicio para la rebeldía, y se ha tratado con bastante inteligencia, haciendo que sea uno de los caminos más difíciles y costosos del juego. Eso sí, más sencillo si invertimos desde el principio en la habilidad más fundamental y divertida del juego: la que nos permite conocer las tradiciones, resquicios legales, precedentes jurídicos… Es todo un gustazo dedicar una partida a cultivar ésa y el arte del engaño.
Así que sí, podríamos decir que Obsidian lo han conseguido aunque han tomado un camino sencillo para hacerlo, que a medida que ganemos poder se hará más sencillo aún. Su maldad es pragmática, legal y aplastante. Un impulso civilizador que acaba por funcionar.
Steam User 64
Me resulta difícil defender Tyranny cuando siempre he sido tan crítico con juegos como Dragon Age 2. Reutilización de recursos y restos de stock, sistema de combate y magias simplificado, desarrollo de personaje muy pobre basado en el tan denostado por mí: “árbol de habilidades”. ¿Cuestión de gustos? Por supuesto. Y además sería injusto comparar la secuela de una superproducción de Bioware con este juego menor de Obsidian hecho a partir de bocetos de Pillars of Eternity y una gran idea marca de la casa que por no tener, no tuvo ni kickstarter.
Tengo sensaciones encontradas con este juego porque hay cosas que me encantan y otras que no me gustan. Es como un Alpha Protocol empantanado por una interminable Orzammar. Me encantaría rejugarlo mil veces para comprobar los millones de consecuencias que tiene cada acción y cada diálogo; pero la gran cantidad de combates obligatorios con un estilo que no me gusta me lo pone muy cuesta arriba.
Sí es muy importante recalcar que el sistema de consecuencias es una de esas ideas barroquísimas de Obsidian que funciona muy bien. Antes de jugar mi partida completa, empecé otra a la que dediqué unas diez horas y pude comprobar como hasta la más mínima decisión se refleja más adelante con una cantidad de variables casi enfermizas. TODO fue diferente.
Y en estas cosas andaba yo pensando mientras veía los créditos, cuando voy y me encuentro por el medio: “Original World and Story Design: Chris Avellone”. Casi me da un escalofrío porque fue como la gota que colmó el vaso y que da forma a una teoría que llevo mascullando desde Pillars of Eternity. Lo mejor de Tyranny y lo que salva al juego es una idea de un buen hombre que ya no está allí. ¿Se ha terminado la época en la que Obsidian era el estudio que ofrecía rol de autor con las ideas más locas que uno pudiera imaginar? ¿Va a ser Obsidian a partir de ahora solo un buen estudio dedicado a hacer buenos Baldur’s Gate? El tiempo lo dirá, pero eso no es lo que a mí me pone.
Me siento culpable porque veo que este análisis se ha visto enturbiado por mis divagaciones y teorías que no tienen mucho que ver con el juego en sí. No en vano, a pesar de todo lo que he dicho, le doy al juego sin dudarlo un thumbs up. Yo lo he disfrutado, y al que no le importe el exceso de combates y se encuentre a gusto con su sistema le gustará muchísimo.
Steam User 34
Lástima por mi familia
DEMASIADO BUENO.
Steam User 21
Tras completar por primera vez la campaña he de decir que Tyranny es un gran RPG que encantará a los fans más acerrimos de este tipo de juegos. Su historia te atrapa desde el primer momento y la posibilidad de acabarla de muchísimas maneras son puntos muy a favor en él. La creación de hechizos es algo único y que te hará experimentar con varios de ellos pues las posibilidades de creación son infinitas.
Sin embargo, si tuviera que ponerle algunas pegas serían:
El grupo es muy reducido. Con 4 personajes apenas puedes comenzar a rascar el sistema de combate del juego, muy bueno por cierto gracias a los combos o habilidades conjuntas.
La historia es muy corta. Casi parece el prólogo de un próximo juego. Justo cuando quieres saber más la historia acaba. De golpe. Sin más. Sin embargo, Tyranny radica en la rejugabilidad pues hasta el menor de los cambios te alterará la historia por completo.
En definitiva es un gran juego, no tan a la altura de Pillars of Eternity (del mismo estilo y desarrolladores) pero si para pasar unas buenas horas de roleo a la vieja escuela.
Steam User 23
Hola.
Como este juego tiene una de sus mayores fortalezas en la rejugabilidad, preferí pasármelo varias veces antes de hacer un análisis sobre él.
Bueno, en primer lugar Tyranny hace mucho hincapié en las primeras decisiones, dejando una interesante opción dentro del juego antes de poder mover siquiera a tu personaje; esta opción se llama Modo Conquista, dentro del cual se despliega un mapa estratégico que narra cómo han sido los últimos años de la campaña militar ( la trama de Tyranny se sitúa en una gran guerra y nuestro personaje es un miembro, digamos, de importancia intermedia por su rango dentro de la jerarquía del bando conquistador).
En el mapa del Modo Conquista se pueden decidir, a lo largo de una serie de ramificaciones y situaciones, los actos que llevó a cabo nuestro personaje durante los años de campaña. Estos actos evidentemente nos acarrearán el favor de unos, el odio de otros, desprecio, fama, miedo, etc. Hay un gran impacto por dichas decisiones, y se observará en el resto del juego, así que es importante estar a gusto con las elecciones del Modo Conquista *
*Esta reactividad del mundo no sería posible si no existiesen tantos bandos, facciones diferentes. En Tyranny puedes pasarte el juego de una gran variedad de formas, de ahí que esté diseñado para pasárselo más de una y más de dos veces.
Los dilemas son habituales, ya no sólo morales, sino también entrando en el tablero el papel de la ley y la justicia, ya que a los conquistados se les trata de imponer del modo que sea el régimen de Kyros (el tirano que inició la conquista de otros territorios para unificarlos bajo un único soberano y código legal).
Los compañeros y compañeras que nos siguen tendrán mucho que decir al respecto de nuestras decisiones..., si es que les permitimos dar su opinión, claro. Todo tendrá consecuencias, todo lo que hagamos con ellos tendrá un impacto.
Acerca del combate, las clases disponibles, y las habilidades: me parece que está bastante bien, la verdad; el progreso en una habilidad y en los talentos no combativos se realiza de dos maneras... 1) ejecutando esa habilidad o talento en una situación para ganar más soltura con ella (incluso aunque fracases y no salga bien el uso del talento en la anterior situación) y 2) , cuando nuestro personaje sube de nivel, tiene opción de subir un atributo. Pues bien, cada atributo está asociado a distintas áreas (el atributo DECISIÓN, por ejemplo, está asociado, entre otros, a la habilidad Tradición, y si se sube DECISIÓN estarás contribuyendo a fortalecer Tradición).
El combate es intuitivo y rápido, las animaciones no son desagradables a la vista, y la interfaz creo que han hecho un buen trabajo porque da una visión muy despejada.
La música cumple su función estupendamente.
El cómo se desarrolla la aventura, y las tareas disponibles, hacen de Tyranny un CRPG no tan común en el sentido de que todo parece ir más frenético, más visceral el ritmo, pero no me malinterpretéis, es debido a que desde el inicio ya estáis metidos de lleno en una guerra, no empiezas siendo un pezqueñín. Al contrario, estás en el bando ganador, estás viendo atrocidades y tienes cientos de oportunidades de hacer muchas más tú; estás en el camino fácil hacia arriba, porque el destino (o llámalo equis) te ha situado en una guerra donde los tuyos estáis venciendo a todo el mundo conocido.
Es ese ritmo visceral de estar machacando a todos, de ver que una guerra ha durado muchísimo y tú tienes ya desde el principio un papel para nada desdeñable como forjadestinos de Tunon, arconte* de la Justicia (no es spoiler, tranquis, esto os sale en la página de la tienda y la página web del juego ^^).
Es un punto a favor del juego.
*Los arcontes son otros leales siervos de Kyros, pero que por su veteranía y gran poder tienen el beneplácito de Kyros para supervisar un territorio o ámbito (guerra, justicia, etc) dentro de su Imperio, para así ayudarle a conquistar todo con más facilidad.
No me extiendo más, que ya me he liado mucho, jeje, sólo decir que he podido jugar el último contenido que añadieron para expandir misiones y demás, y si alguien quiere conocer más cosas sobre Kyros y sobre otros asuntos que eran igual o más enigmáticos, aporta hechos interesantes.
Bueno, ¡adiós!
Steam User 10
Bueno, ahí van unas cuantas impresiones más o menos ordenadas (o no) sobre Tyranny, después de haberme pasado el juego y también haber investigado fuera de él.
Tyranny es rol clásico, tomar decisiones a cada paso y sumergirte en su narrativa.
Entiendo que pueda llegar a abrumar al principio, pues se nos presenta un universo detallado en exceso, con muchísimas facciones y peculiaridades, siendo la única manera de conectar con la propuesta LEER COMO UN CONDENADO. Como no tengo problemas con esto último tengo que decir que me ha encantado y enganchado como pocos juegos del estilo.
El sistema de combate y subida de nivel me ha parecido excelente, con multitud de opciones diferentes. Los compañeros geniales, cada uno con sus historias de fondo, reaccionando para bien o para mal en función de lo que hagas, pero creíbles en todo momento.
Sí me ha parecido limitado el repertorio de enemigos y he echado de menos algún dragón o bestia mítica además de humanos, más humanos y algún látigo (infame traducción, por cierto). Pero entiendo que se trata de un desmarque intencionado ya que el punto fuerte de este juego es la trama política y no jugar a matar bichos cada vez más grandes.
No sé hasta qué punto ha sido mi problema, pero el acto 3 se me ha pasado volando y apenas he podido disfrutar de mis bastiones y artefactos. Me ha dado la sensación de que se han quedado un poco a medias al respecto, pegando un acelerón al final, y eso que me he pasado el DLC también. Esto lo suple un poco la rejugabilidad, pero aun así un último acto de petarle el ojete al Overlord (hablo de mi caso concreto, claro) no habría estado mal.
En mi opinión los DLC le dan al juego bastante más sobre lo que sostenerse, pero los precios (tanto del base como de los contenidos) están prohibitivos. Pagar 7 pavos por el de Tales from the Tiers que son básicamente bloques de texto... EN FIN. O 4 por un pack de no sé cuántos retratos, que es un what the heck. Mi recomendación es pillarlo todo en un pack (que normalmente te descuentan algo más) cuando haya una oferta jugosa, ya que el base sí que se queda corto.
NOTA: 7/10 - Penalizo por la dudosa política de contenidos descargables, la duración, y algún bug furtivo (dadme el logro de la misión de compañero de Lantry, maldita sea). Por lo demás, MIS BENDICIONES.