Prodigal

Prodigal nos trae una nueva aventura al estilo de los primeros Zeldas, con gráficos retro tipo GBC, combates sencillos, una miríada de puzles por resolver... ¡y varias waifus con las que poder casarse!
El kit completo para disfrutar de una partida agradable, sin duda. Muy recomendable.

Prodigal es fruto de la pasión hacia los Zelda en 2D con una estética reminiscente a aquellos coloridos videojuegos de la Game Boy pero que se atreve a contar su propia historia en lugar de limitarse a ser una simple oda a la nostalgia. Si bien el apartado jugable es lo que cabría esperar ante un juego de este calibre, la trama goza de una increíble importancia agregando elementos de dating sim a una narrativa centrada en restablecer y afianzar conexiones humanas. Esto último se ve reflejado en un repertorio de NPCs con una mayor profundidad y relevancia que en sus homólogos, donde resaltan y no se quedan únicamente en formar parte del decorado, un fenómeno que también se extiende al protagonista y sus motivaciones.
La campaña principal de Prodigal es más bien corta pero después cuenta con un postgame que triplica su duración y que esconde los mayores desafíos jugables. La primera parte consta de diversas misiones que se desarrollan tanto en el pueblo como en un sinfín de mazmorras, con puzles competentes y jefes que, en mi opinión, no plantean reto alguno. El postgame es más de lo mismo, con nuevas tramas y un aumento de la dificultad que encantará a todo aquel que haya disfrutado la historia principal y quiera completar todo el contenido disponible. Prodigal hace muchas cosas bien, aunque no termina de destacar en ninguna, y otras que me hacen torcer el gesto, como los ya mencionados jefes extremadamente sencillos, el poco feedback existente al recibir golpes y algunos puzles que se tornan demasiado repetitivos. Sin embargo, es sin lugar a dudas un videojuego cuya máxima es el disfrute para los amantes de los Zelda clásicos que busquen una experiencia algo distinta y más profunda que el repertorio habitual.