Leisure Suit Larry – Wet Dreams Dry Twice
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Hey Ladies, it’s time to get wet again! I am not done yet and still dreaming of you in Leisure Suit Larry – Wet Dreams Dry Twice. I left New Lost Wages, stranded in Cancum, and had prepared to marry my only true love, Faith. But, unforeseen events interrupted us and we’ve become separated again! She is somewhere in the famous, sunny and huge Kalau’a archipelago and I have to find her. Help me — if I don’t find her soon, I think I may burst!
No obstacle will keep me away from my beloved, my Faith, not even the wild and untamed islands of Kalau’a. Those lovely island ladies can only distract me for so long as my heart’s compass only points in one direction – Faith! Care to set sail with me as a true pirate and become a real gold digger? Join my crew on this glorious quest — you may just end up soaked to the bone!
– Explore the Kalau’a archipelago with all its mysterious and beautiful islands – featuring over 50 handdrawn locations.
– Meet over 40 new and old friends from Wet Dreams Don’t Dry and chat up some fresh new feminine friends.
– Help Larry solve difficult and exciting (and maybe a little erotic) new riddles and complete quests, providing him with a truly happy ending.
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Mira... si estás leyendo esto, es porque ya sabes quién es Larry Laffer. Ese ícono del ligue ochentero que, contra toda lógica, sigue teniendo juegos en pleno siglo XXI. Y Wet Dreams Dry Twice no solo es un regreso triunfal, sino una carta de amor al absurdo, a la picardía, y al tipo de humor que no se ve todos los días.
La historia es lo de menos (aunque tiene corazón, lo juro): Larry está perdido en una serie de islas tratando de encontrar a su amada Faith. En el camino, como siempre, se cruza con mujeres inteligentes que le llevan 20 vueltas, inventos ridículos, y más insinuaciones que un grupo de WhatsApp con stickers prohibidos.
Lo mágico del juego es que, por más que Larry no encaje en el mundo moderno (¡Dios mío, el tipo acaba de descubrir los smartphones!), hay algo entrañable en su torpeza. Uno quiere que le vaya bien, aunque sea solo por ver cómo la lía otra vez. Es el equivalente jugable de ver a Mr. Bean con hormonas.
Los puzzles tienen sus momentos de gloria y otros de “¿quién fue el psicópata que diseñó esto?”, pero con suficiente paciencia (y sentido del humor), todo se disfruta.
¿Vale la pena?
Sí, si eres fan.
Sí, si te gusta reírte con humor picante pero con alma.
Y sí, si entiendes que a veces, lo más refrescante no es la profundidad… sino un tipo en slip blanco haciendo lo que puede por amor.
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El juego empieza bien. Especialmente en la parte del hotel, donde Larry se siente como tiene que ser: humor sexual, situaciones absurdas, diálogos ágiles y personajes en su lugar. Tiene su propia identidad. Incluso roza ese tono de Austin Powers, pero con el estilo clásico de Larry, y eso le queda bien.
Después llegan las tres islas. Y ahí empiezan los problemas. No por la estructura abierta ni por los puzzles entre zonas, de hecho, eso fue una gran idea. Volver el juego más complejo y desafiante fue un acierto total. El problema es el contenido. De golpe empezás a abrir tumbas, hacer rituales vudú, tratar con fantasmas... y eso no tiene nada que ver con Larry. No aporta. Son trasplantes de ideas de Monkey Island 2 que no logran adaptarse al tono del juego, y no deberían estar. Y lo peor es que incluso después de esas islas, el juego sigue en esa dirección. Hay una sección que directamente copia la estructura de armar el muñeco vudú de LeChuck. Y hay muchas más referencias del mismo tipo que no nombro, para no spoilear.
Luego llega el tramo final en píxeles. Al principio puede molestar, porque genera ansiedad: da la sensación de que el juego no se termina más. Pero en realidad, y en perspectiva, es uno de los momentos más originales y creativos de todo el juego. La repetición de los días, el diseño de puzzles, el uso de la fantasía: todo está muy bien pensado, es coherente y da gusto resolverlo. De hecho, por momentos dan ganas de que todo el juego hubiese sido así, con esa estética pixelada y ese nivel de inventiva. El problema no es lo que ofrece, sino dónde está ubicado: aparece justo cuando el jugador siente que el final está cerca, y eso hace que no se disfrute en el momento tanto como debería. Aun así, es un acierto rotundo, y reconfirma lo que el juego podía lograr cuando se animaba a ser él mismo.
Aun con sus problemas, la experiencia nunca se vuelve aburrida y tiene momentos donde realmente brilla. Por eso esta crítica también es un desahogo: porque si no fuera por esas decisiones mal tomadas, estaríamos hablando de la mejor aventura gráfica de la década. Pero lo dejaron pasar.
Lo bueno:
- La estructura abierta y los puzzles entre zonas hacen al juego más complejo y desafiante.
- El humor funciona: directo, sucio, y sin pedir disculpas.
- Diálogos muy bien escritos, ágiles y divertidos.
- Personajes secundarios bien usados y con presencia constante.
- La música es espectacular y acompaña con personalidad.
- La interfaz es cómoda y dinámica.
- El tramo final pixelado es excelente y rescata la identidad de Larry.
- Mejor que su antecesor, que ya estaba bastante bien.
Lo malo:
- El juego se llena de elementos que no pertenecen al universo Larry (rituales, tumbas, fantasmas).
- Algunas secciones son directamente copiadas de Monkey Island 2.
- Muchos momentos pierden identidad propia.
- Personajes clásicos mal usados: el caso de Lefty es claro. Lo sacan de su rol clásico y lo ponen en situaciones que no le corresponden ni aportan nada a la historia.
- El exceso de inspiración externa afecta lo que podría haber sido un clásico moderno.
En resumen
Sí, lo recomiendo. Tiene errores y decisiones que duelen, pero es un juego muy disfrutable. Justamente por eso da bronca: porque podía ser mucho más.
Steam User 0
muy chuloooooo