Cosmic Star Heroine

Mi psicólogo me ha dicho que puedo usar la sección de reseñas de Steam como caja negra para expresar mi relación de amor-odio con la compañía Zeboyd Games, por lo que puede que esto se ponga catárquico.
Lo he estado pensando, mire usted, y yo creo que la culpa de todo este berenjenal en el que me he metido recae sobre aquél que me recomendó hace unos años entrar en Steam, aquél que usó Barotrauma como una manzana envenenada para atraerme a este sinsentido, el infame Tutanjarón I. Él me hizo un regalo podrido que más tarde se cristalizaría en una obsesión por los RPGs cómicos mal planteados de Zeboyd Games. Jugué un breve periodo de tiempo a ese tal Barotrauma, pero tras eso, Steam permanecería mirándome de lejos durante dos años, sereno, paciente, amordazado y sellado como un mal presagio, esperando su despertar como cierto primigenio al que Zeboyd le desarrolló dos RPGs (uno bueno y uno malo).
Bien, pues dos años después, digo, de haber entrado en Steam, me vi tentado de nuevo porque quería probar el Lovecraft’s Untold Stories 2 (este es otro tema, mire usted, en el que no pienso entrar). A partir de ahí encontré unos juegos de buscar gatetes, un juego de cliquear un huevo, me reencontré con Mountain y con Dagon y, sin comerlo ni beberlo, estaba buceando en la etiqueta “lovecraftianos” en busca de más droga que me llenara la decepción que supuso el Lovecraft’s Untold etcétera. Ahí encontré “Cthulhu salva el mundo”. Ahí, exactamente ahí, empezó toda esta relación de amor-odio con Zeboyd Games con la que os estoy dando la chapa. Añadí el “Cthulhu saves the world” y el “Cthulhu saves Christmas” en la lista de deseados y, en un par de días, como por mor de una entidad superior que maneja nuestros hilos mientras esgrime una sonrisa cruel, todos los juegos de la compañía se pusieron en oferta. Saqué el tarjetazo y me compré los dos cthulhus, uno por un euro y su secuela, por dos. Al par de días acabaría comprando todos los demás juegos de la compañía, y así acabé jugando al “Cosmic Star Heroine”
Después de haber jugado a los otros cinco títulos de la compañía y de haber reído, sufrido y sentido decepción con (alguno de) ellos, tengo que decir que, en términos de jugabilidad y exploración de mundo, es sin duda el mejor juego de la compañía. Más formal en su guión y su trama, cargado de muchas menos bromas, CSH se toma más en serio que el resto de sus hermanos, sin dejar de mostrar personajes estrafalarios y carismáticos como un robot bailón, un perrete mente-colmena o una “pistolamántica”. Me ha tenido dieciséis horas entretenido y me han gustado mucho los bosses secretos y las referencias a otros juegos de la compañía. Ahora me ha dejado un vacío bastante grande donde antes estaba mi pecho y necesito llenarlo con más RPGs chorras, pero solo me quedan los dos pennys gratuitos. Espero que valgan la pena. Espero que esta relación de amor-odio que me corroe las entrañas acabe bien. Toxicidad fuera. Mala vibra fuera. Espero que papá deje de pegarme palizas con su cinturón por traerle la cerveza caliente.
Buena terapia, ¿cuánto os debo?
Pepinillos DIXIT. No toméis drogas.